(A veces odio, a veces amo) A veces sobran las palabras, a veces sobra la tela. A veces sobra hasta el aire, hasta la propia piel, hasta los huesos. A veces sobra que me roces las caderas de esa manera y luego apartes las manos, sin más. A veces, incluso sobro yo.
O tú.
A veces sobran planes ajenos. A veces sobran luces en
ese rincón, a veces sobran ladrillos en esa fachada. A veces sobran mis ganas
de contar mentiras, o mis ganas de ti.
A veces hace frío en verano, y eso
también sobra.
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