Hace un año estaba firmando la rendición en la noche más
corta del año. Había gatos en el tejado, estos días no dejo de soñar con
ellos. Después de aquello, nada más que noches largas, noches frías de verano. -Y
yo que pensaba que las noches frías de verano eran una excusa cósmica para que
a las chicas las abrazaran de vez en cuando-.
Ahora sé que el fin del verano comienza en la noche más
corta del año, y que la eternidad no existe más allá de las puntas de mis
dedos, que se queman como hogueras
demasiado lejos de la playa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario